Aquí va mi experiencia, sin filtros

Las habitaciones son pequeñas, lo que puede ser un desafío si traes mucho equipaje. Además, la espera para el desayuno fue larga y frustrante. Hubo ruidos molestos de los ascensores, y algunos problemas con las tarjetas electrónicas. No obstante, el lugar tiene un encanto especial que no se puede ignorar.

Un refugio de tranquilidad

Desperté con el aroma de croissants recién horneados y disfruté de una atención increíble del personal. Las terrazas al aire libre son perfectas para relajarse.

La Wi-Fi en mi habitación fue un poco inestable, lo que hizo que trabajar desde allí fuera un desafío de vez en cuando.

Diseño artístico en espacios comunes y buen desayuno.

La atención personalizada del personal fue excepcional.

Desafortunadamente, la habitación no cumplió con mis expectativas. A pesar de ser un lugar elegante, el diseño peculiar no era del todo cómodo. Además, el ruido proveniente de las áreas comunes hizo que mi estadía no fuera tan tranquila como esperaba.

La habitación estaba bien equipada con un televisor de pantalla plana y un área de estar cómoda. Disfruté de la terraza con muebles de jardín, perfecta para relajarme. La calidad del desayuno fue sobresaliente, incluyendo productos frescos. La decoración del hotel tiene un estilo artístico muy interesante. Aunque el servicio de habitaciones fue rápido, hubo un pequeño retraso al entrar porque la tarjeta electrónica no funcionaba bien. La falta de opciones para comer en el lugar hizo que buscara alternativas fuera del hotel. A veces, el ruido de las áreas comunes interfería con la tranquilidad que buscaba.

Me encantó pasar tiempo con amigos en este lugar. La ubicación era perfecta para visitar atracciones cercanas, como el Museo de Historia Natural y el Mercado de Borough. El ambiente era muy acogedor y el personal fue muy servicial. El desayuno tuvo opciones saludables y deliciosas. ¡Definitivamente volvería!

Tuve problemas con la conexión Wi-Fi en mi habitación, lo que resultó un poco molesto.

Ubicación excelente, muy cerca de todo. La atención del personal, una maravilla. La habitación era cómoda, pero algo pequeña. El desayuno estuvo bien, aunque la espera fue larga. Ideal para relajarse y disfrutar de la ciudad, sin ruidos molestos en los alrededores.

La habitación era como un refugio de diseño moderno, con un televisor de pantalla plana que podría haber hecho que la televisión paulatina de mis abuelos se sintiera celosa. Además, el desayuno era un deleite que incluía croissants recién horneados y una variedad de jugos orgánicos, perfecto para empezar el día como un rey.

Wi-Fi intermitente